miércoles, 11 de abril de 2007

Sí quiero asesinar la pintura, es en cuanto pintura al óleo o al vinagre, toda la cocina de la escuela, la vieja concepción de la pintura.

¿Piensa también en asesinar la pintura como representación tanto de un modelo exterior como interior, el modelo interior de los surrealistas? Lo que hace ud aquí no es ni la imitación de un modelo exterior- eso no representa nada- ni se refiere a un modelo interior, como acaba de decir. En el momento en que lanzaba su Hay que asesinar a la pintura, ¿ pensaba ud ya en las cosas como en algo marcado, señalado con el dedo?

No, no pensaba en eso. Todos estos hallazgos, todo eso en que estoy ahora completamente sumergido, es bastante reciente.He sido magnetizado. Cuando paseo, no busco las cosas como si fueran setas. Hay una fuerza ¡clac! que me obliga a inclinar la cabeza en cierto punto, una fuerza magnçetica.

Sería necesario ser bastante maduro para experimentar fuerza magnética......
Ser bastante maduro o estar bastante sensibilizado.

Para olvidar que nos forma y condiciona.
Así es. Bastante maduros para recuperar la mirada primitiva, la mirada salvaje, la mirada virgen. En la mirada también hay cosas ópticas que impiden mirar como se debe.

La pintura está en decadencia desde la edad de las cavernas. Firmado Joan Miró.
( Se rie) Fuí demasiado lejos con eso.....( se ríe de nuevo). Pero, con todo esta bien.Sí. De acuerdo en cuanto concierne a la pureza del espíritu. Aquí hay otra cosa....¡Mire los tesoros que tengo aquí!

Cuando quemó las telas, hizo ud el trabajo de una rata.
Exactamente. El trabajo de una gran rata. Vea la riqueza de colores de esto. Si pudiera analizar al milímetro, ¡qué riqueza, qué hermosura!
( No cesa de tocar el viejo fragmento de cartón que tiene junto a sus ojos ).
Pero agregará ud alguna cosa......
Evidentemente. agregaré algo, tal vez un breve trazo de carboncillo o la huella de un dedo.... no sé.
No sé bien aún. Es muy dificil. Como siempre, se corre el peligro de echar todo a perder. Me puedo romper la cara.

Coversaciones con Miró. págs 187-188 ( Georges Raillard) Editorial Gedisa 1998

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